domingo, 2 de diciembre de 2012

Propuestas de organización de la asamblea escolar


Esta semana hemos intentado acordar la organización de debates en clase. Las técnicas de debate filosófico (en sus múltiples formas: talleres de filosofía, cafés filosóficos, etc) utilizan los mismos fundamentos que las asambleas ciudadanas que van creciendo en nuestras plazas, en un esfuerzo por recuperar la participación y la capacidad de decisión democrática de los ciudadanos que esta crisis económica está intentando secuestrar. Se trata de argumentar, aprender juntos (y que eso nos sirva para reflexionar sobre nuestras ideas y preconcepciones). Se trata de escuchar las diversas perspectivas sobre los problemas actuales (de afectados por la crisis, de expertos, de activistas). Se trata de pensar, entre todos, otras formas de vida y de pensamiento, más humanas, más justas. Creemos que esto es necesario en la vida, en el día a día, de una escuela realmente democrática. No entendemos el porqué la práctica de la asamblea en la etapa de infantil no se prolonga en las demas etapas educativas.

Así, comenzamos en clase apartando las propuestas platónicas de "buen gobierno" que habíamos estudiado, pues no nos preocupa saber cómo elegir al mejor gobernante, su educación y virtud, sino que realmente nos hemos creído lo que nos contaban de que el gobierno debe residir en el pueblo. Por eso escuchamos en nuestras plazas eso de "Democracia real ya". No creemos que el problema sea tener "buenos líderes o gobernantes". Queremos decidir entre todos, escuchando, buscando "buenos argumentos", abiertos a nuevas formas de pensamiento y de vida, a nuevas ideas. Tampoco nos consideramos prisioneros en una caverna de sombras, a los que un guía o filósofo debe rescatar de su ignorancia. Nos consideramos curios@s, "filósof@s", capaces entre todos de ayudarnos a girarnos y saltar el muro que otros nos han levantado. Escuchamos atentamente a los "sabios" o "expertos" que nos hablan, pero analizamos y examinamos críticamente sus propuestas.
Tampoco nos convence el modelo de educación platónico, pues queremos niños felices, alegres, no solamente formar buenos ciudadanos para el Estado, y mucho menos personas disciplinadas y flexibles para el futuro mercado de trabajo. En este sentido, os dejo una breve entrevista del pedagogo italiano Francesco Tonucci en la que critica el enfoque del actual proyecto de reforma educativa en nuestro país:

Para la organización del debate-asamblea hicimos algunas sugerencias:

- Proponemos que la  moderadora intentara facilitar la participación de todos, para lo cual intentaría evitar que los debates se centraran siempre en las mismas personas, y que invitara en ocasiones a participar a algunos de los compañeros que no hubieran hablado hasta entonces.
- Las intervenciones deben ser cortas y claras, exponiendo brevemente la posición y sus argumentos.
-La moderadora debe ir haciendo avanzar el debate y que éste no se demore -si no es necesario- sobre las mismas ideas. Para ello es bueno que realice, de vez en cuando, alguna pausa en la que recoger y resumir los principales puntos o acuerdos (si los hubiera) en el debate.
- Los participantes deben pedir turno de palabra sólo cuando termine la intervención del compañero o compañera. Así prestamos más atención a lo que exponen los demás.
- En el debate será importante intentar hacer un buen diagnóstico del problema tratado (por ejemplo, las causas del "malestar en la educación"), pero también sería conveniente abrir propuestas de actuación local, posibles en nuestro entorno cercano (en nuestro Centro, en nuestra localidad), siguiendo el consejo de "pensar globalmente y actuar localmente". Para ello, la moderadora podrá pedir más concreción en algunas de las propuestas planteadas en el debate, y animará a los que las han sugerido a responsabilizarse en estudiar y organizar su posible realización.
- El papel del profesor, cuando intervenga, no debe ser, siguiendo los consejos de F. García Moriyón (La investigación filosófica, Grao, 2010), el de intentar guiar al alumnado hacia una determinada conclusión, sino intervenir sólo para pedir rigor argumentativo, llamar la atención cuando se cometan falacias o paralogismos, problematizar lo que se está defendiendo o demandar más claridad expositiva y conceptual. Podrá también ayudar al moderador o moderadora a evitar que el debate degenere en desorientación, ayudando a avanzar en la aclaración del tema propuesto.

(Continuará)

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