jueves, 6 de diciembre de 2012

Debate-Asamblea. Monográfico: "El malestar en la escuela"

En clase hemos debatido sobre el "malestar en la escuela" una cuestión que ya era previa a la actual crisis económica, pero que probablemente se está agravando con los recientes recortes de recursos públicos por parte del Gobierno.
Ha moderado Consolación y ha recogido las propuestas Francisco Javier.

José Benito hizo una pequeña introducción sobre el tema, recordando algunos de los últimos acontecimientos políticos y económicos que afectaban a la educación pública. Comenzamos debatiendo acerca de los exámenes.
Agripina defendía que las clases fueran más "amenas" (¿participativas?) y que el curso no dependiera de un examen (posibilidad de aprender sin presión).
Adrián señalaba la falta de tiempo para, por ejemplo, tener más relaciones con los compañeros. También pedía más tiempo para estudiar los exámenes. Ana G. apoyó esta idea y defendió que no hubiera clases cuando hubiera exámenes. Ana A. planteó la cuestión de si vendrían los alumnos a las aulas si la presencia no fuera obligatoria.
Jaime apuntó que encima de las seis horas de clase los alumnos debían estar toda la tarde estudiando.
Yaiza criticó el aprendizaje memorístico y la presión de los exámenes, algo a lo que se unió Francisco Javier.

En la cuestión de las notas, José Benito planteó la cuestión de si la evaluación servía para valorar el trabajo, para seleccionar ("a los mejores" como el modelo platónico) o para determinar las capacidades naturales de cada alumno/a. Cristina sostuvo que con los exámenes no valoramos realmente los conocimientos, y que los exámenes deberían ser menos estrictos, que el que realmente estudie pueda aprobar. Francisco J. afirmó que el profesor debía corregir los errores, pero no juzgar al alumno.

Respecto a los horarios, Consolación G. mantuvo que debían estar mejor repartidas. Alba y Yumara apoyaban la idea añadiendo que debía haber algún "respiro" entre clase y clase. José B. también incidía en esto respecto al profesorado, al que entre clases y guardias no dejan ni hacer un descanso.

Sobre el material escolar, Yaiza se preguntaba si se podía opinar sobre lo que no teníamos. Luis indicaba que el alumnado de bachillerato disponía de peor material en las aulas que los de primero de E.S.O. (pizarras digitales, biblioteca de aula...). Ángel e Inma también criticaron la falta de recursos en el aula. las clases sólo se apoyaban en la pizarra, la tiza y la voz del profesor/a.

Por último, ya con menos tiempo, se debatió sobre las asignaturas que se imparten en nuestro actual sistema de enseñanza, la especialización, la necesidad de una enseñanza más práctica, y la posibilidad de una "enseñanza media abierta" en la que se pueda asistir a clase sin matricularse ni pasar exámenes, con una oferta de enseñanzas más amplia. Se plantea entonces el problema de la obtención de los títulos que luego permitan trabajar. Se debate sobre la importancia de los títulos y si realmente son los títulos o las capacidades y habilidades aprendidas las que condicionan la obtención de un trabajo.

La clase debía terminar y dejamos el debate abierto para otra ocasión.

En otro grupo debatimos sobre el modelo de la Escuela de Pistoia. José B. explica brevemente los principios sociales y pedagógicos de esta experiencia comunal en un pueblo de Italia. Patricia opina que los jóvenes de dicho pueblo se encontrarán con una desventaja notable respecto a otros jóvenes, argumentando lo que puede suceder al llegar al bachiller. María, en cambio, se encuentra, en cierto modo, a favor de este modelo educativo.
Natalia, por otro lado, expone que en las escuelas actuales realmente se olvida pronto lo que se aprende, ya que el estudio memorístico se encuentra muy presente. Por ello, ve con simpatía la experiencia de Pistoia, donde se destaca la enseñanza práctica y en colectividad de esta experiencia. A pesar de esto, Patricia se mantiene en su postura.

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