domingo, 24 de noviembre de 2019

La utopía platónica. Críticas de Berneri y Mumford.

    La utopía que Platón expone en su República ha tenido una larga influencia en la historia y ha sido objeto de numerosas revisiones y críticas. 
    
    
Según Marie Louise Berneri, (El futuro. Viaje a través de la utopía, Hacer, 1983), la utopía platónica fue, como muchas otras, una respuesta a una época de decadencia o desesperación en la que urgía plantear cómo sería una vida mejor. Pero, frente a sofistas o cínicos, el pensamiento platónico sostenía el carácter natural de las instituciones políticas. Defendía así unas instituciones estáticas, en las que la división del trabajo y de las clases sociales se justificaría desde la necesidad de buscar la armonía en el Estado. La utopía platónica no sería, en este sentido, una de las pocas excepciones al carácter intolerante y autoritario de la mayoría de las utopías publicadas en Occidente. La utopía platónica fracasaría también en lo que se ha denominado "la prueba del arte" (Herbert Read), pues para Platón el arte ha de ceñirse a determinadas normas éticas, al servicio de los intereses del Estado. 
 
     Por otro lado, otro estudioso de las utopías, Lewis Mumford (Historia de las utopías, Pepitas de calabaza, 2013), señala cómo para Platón, el Estado injusto nace de la multiplicación de las necesidades y de lo superfluo. Pues el incremento de tales necesidades haría que el Estado saludable original (la polis o ciudad-estado) resultara demasiado pequeño, por lo que debería ampliar sus fronteras. Para Platón, la ciudad no debería sobrepasar esos límites, y la comunidad ideal debía tener un nivel de vida material común, en el que lo necesario no sería, esencialmente, contar con muchos bienes. Según Mumford, Platón no pretendía instituir un orden inmutable, "no creía en las falsas aristocracias que se perpetúan por medio de una riqueza y una posición hereditarias". Pero una vez establecidas las tres clases -gobernantes, guerreros y productores- respecto a su función en el Estado, queda la dificultad de afrontar la cuestión de "cómo encontraría cada individuo su lugar en la clase adecuada y bajo qué condiciones desempeñaría mejor su función en ella". Además, Platón no parece contemplar la posibilidad de mezclar las distintas clases, y considera que la familia es la enemiga de la comunidad.