viernes, 28 de octubre de 2022

Sobre la importancia de historizar las ideas filosóficas.

 

Existe una historia de la filosofía en la que las ideas, como las platónicas, aparecen como universales e intemporales, abstraídas de su historicidad. Como muestra la obra del pensador Michel Foucault (Platrinieri, "L´histoire de la philosophie saisie par son dehors"), la filosofía debe mirar a la historia para desestabilizar continuamente esos conceptos universales, a la vez que interrogar a las categorías históricas. Como ya señalara Gilles Deleuze, cierta historia de la filosofía opera como una "escuela de intimidación". No podemos pensar sin haber leído a Platón, a Descartes, a Kant, a Heidegger... Cada nueva idea puede situarse en una cierta relación a lo que ya ha sido dicho. El descubrimiento de la verdad no puede venir del exterior de la filosofía, sino del comentario de los filósofos precedentes, del" trabajo sobre lo impensado de lo que ya ha sido pensado". Es por ello necesario, señala Paltrinieri, abrir la filosofía a su exterior "no filosófico", "considerar las teorías filosóficas como programas, formas de racionalidad inscritas en sistemas de prácticas". Así fueron las lecturas que Foucault hizo de Descartes, de Hobbes, del pensamiento griego... El método genealógico permite entonces una filosofía "completamente política y completamente histórica": "En el origen mismo de la problematización de los objetos filosóficos se esconden acontecimientos históricos".

La influencia de la democracia griega

 
Moreno Pestaña ("Pensar: la palabra libre con M. Foucault") señala que las asambleas atenienses "con sus procedimientos de democracia directa, despiertan muchas reservas en la teoría política y en la ideología, tanto en la derecha como en la izquierda". En cierto modo la democracia ateniense ha sido vista como un modelo de caos e inestabilidad. Cuando se ha recuperado, en el siglo XX, esta tradición griega (conocemos la democracia ateniense, pero había muchas democracias griegas) ha sido para intentar defender los sistemas electorales modernos (pese a que tienen más diferencias que parecidos).

Algunos consideran a las asambleas atenienses culpables de apoyarse en el esclavismo. Además, algunas autoras, como H. Arendt (2009:223) sostenían que "las decisiones mayoritarias no aseguran la libertad y que sin leyes que lo prohíban pueden ser el instrumento de violencia contra las minorías. Las técnicas electorales mayoritarias tienen que ser encauzadas por edificios constitucionales que no pueden depender de la tumultuosa opinión mayoritaria, sino del control de unas leyes".

Pero las reformas democráticas griegas promovieron la igualación de clase entre los ciudadanos: abole la esclavitud por deudas, generaliza el poder de apelar a los tribunales, el pago a los cargos públicos, se amplía la práctica del sorteo (que permite a cualquier ateniense gobernar y ser gobernado)... La existencia del sorteo, por ejemplo, permite evitar la existencia de profesionales de la exhibición y la palabra, de aquellos que manipulan los debates, las conclusiones y la representación. La rotación de cargos, por otro lado, evita los peligros del liderazgo político, favorece el aprendizaje compartido y modera los conflictos en las asambleas.


Esclavitud, trabajo asalariado y mundo antiguo

 


"Como Moses Finley notó (1973), el antiguo mundo mediterráneo estaba marcado por un fuerte sentimiento de contradicción entre la vida política y la comercial. En Roma, la mayoría de los banqueros eran esclavos liberados; en Atenas, casi todos los ejercicios comerciales e industriales estaban en manos de no ciudadanos. La existencia de una enorme población de esclavos -en la mayoría de las ciudades antiguas, aparentemente al menos un tercio del total de la población- tenían un profundo efecto en los acuerdos de mercado. Mientras uno periódicamente tropieza con evidencia de acuerdos que, al ojo moderno, parecen como contratos de trabajo asalariado, en un examen más profundo realmente terminan siendo casi siempre contratos para alquilar esclavos (el esclavo, en tales casos, a menudo recibe un per diem fijo para comida). Los hombres y mujeres libres entonces abolían cualquier cosa que se pareciera remotamente al trabajo asalariado, viendo esto como una cuestión, efectivamente, de esclavitud, de alquilarse a sí mismo (Humphries: 1978:147). Trabajar para la propia ciudad podría considerarse algunas veces aceptable, mientras que uno fuera efectivamente empleado por una comunidad de la cual fuera miembro, pero incluso eso normalmente se mantenía en base a contratos temporales. En la Atenas de Pericles, los empleados permanentes, incluso los empleados del estado como la policía, eran invariablemente esclavos".

David Graeber, "Dándole la vuelta a los modos de producción o por qué el capitalismo es una transformación de la esclavitud".

viernes, 14 de octubre de 2022

Platón, la geometría y la igualdad.


 "Los sabios, Calicles, afirman que el cielo y la tierra, los dioses y los hombres están todos unidos por la amistad, el respeto al orden, la moderación y la justicia, y por esta razón llaman Universo al orden de las cosas, camarada, no al desorden ni al desenfreno. Tú no les prestabas atención, creo, a pesar de toda tu ciencia, y olvidas que la igualdad geométrica reina, todopoderosa, entre los dioses como entre los hombres. Piensa que hay que esforzarse en dominar a los demás: porque desdeñas la geometría".

Platón, Gorgias.

Platón, la geometría y las sombras.


 "Remontar de las sombras a la luz que las formó, y de ésta a su fuente única, es ésta una lección de Platón cuando habla del conocimiento. No se trata de una imagen poética, sino del gesto cotidiano de los astrónomos, más precisamente de su método, que deduce mil indicaciones de la longitud y de la posición de la huella o marca oscura... Lo negro de la tinta sobre la página blanca refleja la vieja sombra que nos llega del Sol por la aguja del gnomon. Esta punta escribe sola sobre el mármol o sobre la arena, como si el mundo se conociera a sí mismo... Para esta cultura, el gnomon conoce: discierne, distingue, intercepta la luz del sol, deja huella sobre la arena como si escribiera en una página blanca, sí, comprende.

(...)Remontar de las sombras a la luz y de las imágenes reproducidas o proyectadas a su modelo, son estas lecciones comunes a la astronomía griega y a la teoría platónica del conocimiento... Si la luz proviene del sol, hasta cuando éste desaparece durante la noche, ¿quién lleva entonces en sus espaldas las estatuas, de madera o de piedra, delos animales, en el alto camino del zodíaco, para que éstas se proyecten, inmensas, en la sombría pared del cielo? La caverna platónica describe el mundo mismo. No sabremos jamás si Platón percibió primero, en la bóveda estrellada sobre su cabeza, la Osa y el Perro, antes de concebir en su filosofía el cielo inteligible de las formas, que precede o condiciona la inteligencia de las cosas del mundo, pero vemos con claridad que las apariencias de las constelaciones se reducen a puntos. Nadie ha visto, nunca en realidad, Libra o Aries, sino simplemente un simplejo: jamás una imagen continua y difuminada, sino clavos yuxtapuestos. Como si los modelos celestes siguieran fieles a la teoría  de los pitagóricos, para quienes todas las cosas son números. ¿Pero de dónde salen estas estatuas que proyectan sombras centelleantes en el negro cielo?"

Michel Serres, "Gnomon: los comienzos de la geometría en Grecia", en Historia de la ciencia, Akal.

Platón, el consejero y la democracia antigua.


 En la obra de Platón se refleja la decepción de la intelectualidad ateniense con el sistema democrático. La asamblea puede dejarse arrastrar por los demagogos, impidiéndole reconocer por sí misma la palabra de  "los mejores". Pero aunque sea cierto el peligro de que las asambleas libres se vean distorsionadas por la dominación de unos cuantos, de pequeñas redes clientelares, se olvidan también las medidas de distribución del poder en la democracia ática (el sorteo, la rotación, la rendición de cuentas, la reforma de Clístenes...). El filósofo platónico parece abandonar la plaza pública por la corte del tirano. La escena democrática del hablar franco (la parresía) se sustituye por la formación pedagógica del alma del tirano. "El reto de convencer al monarca resulta más viable a juicio de Platón que la tarea -ya imposible- de convencer al demos ateniense de la conveniencia de caminar por la vía de la verdad y la justicia" (Nuria Sánchez, "La parresía como eje de la gubernamentalidad antigua", 2021). 
Frente a la decadencia de la democracia, Platón sitúa la tarea del filósofo en la selección y educación de los mejores sujetos, para la formación de un gobierno estable. "Resulta llamativo -afirma Nuria Sánchez- que la cuestión de la gubernamentalidad se decida de la mano de las relaciones que un individuo -el filósofo, el docto- logra mantener con un sujeto poderoso -el soberano, el tirano-, asignando a las decisiones adoptadas desde ese vínculo de carácter privado un impacto considerable en el plano del gobierno civil". El mecanismo del sorteo se ve así como una forma de despersonalizar la participación en el gobierno de lo común, y no como un instrumento para el entrenamiento en las competencias políticas de los ciudadanos, capaz así de potencial el derecho a la palabra libre.

viernes, 7 de octubre de 2022

La Filosofía occidental y el etnocentrismo. Filosofías orientales.

El pensamiento filosófico surgió simultáneamente en el siglo -VI en tres zonas distintas y distintas de nuestro planeta: en la India, en China y en Grecia. La gran tradición filosófica china casi ha desaparecido en China, y en la Grecia actual poco perdura del esplendor filosófico de la Grecia clásica (Mosterín, 2007). Sin embargo, la India sigue siendo una gran potencia espiritual y sus variadas tradiciones intelectuales gozan de notable vitalidad. La religiosidad india no se traduce automáticamente en un teísmo, en la creencia de un dios personal (o varios). Hay religiones ateas, como el jainismo (que subraya el carácter parcial de toda verdad y la tolerancia mutua) y el budismo. Y filosofías ortodoxas panteístas, como el Advaita Vedanta, que consideran a los dioses como meras ilusiones.

China, por otro lado, fue durante la los mil años de la Edad Media europea, siempre más rica, civilizada, sofisticada y culturalmente abierta que Europa. La filosofía china clásica ha sido siempre una filosofía secular, nada religiosa y muy poco dogmática. A partir del siglo XVII, fue en Europa donde se produjo la revolución científica, mientras que la cultura china quedó estancada. Si dejamos de lado los gérmenes científicos que contiene la tradición filosófica occidental, en todo lo demás no es superior a las tradiciones india y china; en cualquier caso, no lo es antes del siglo XVIII. En algunos aspectos incluso es inferior. La actual preocupación por la paz y por la naturaleza nos lleva a constatar las insuficiencias de nuestra tradición cultural y a abrirnos con curiosidad a otros horizontes culturales.
Además, las grandes tradiciones intelectuales no europeas, miles de escuelas filosóficas de China, India, África y el mundo musulmán, han moldeado la filosofía europea (desde el pensamiento griego hasta el pensamiento contemporáneo), aunque  Occidente no ha reconocido en muchas ocasiones esta deuda (Kenan Malik, 2016). En este sentido, ha ido creciendo, en el ámbito de los estudios postcoloniales, la reflexión en torno a "la descolonización del conocimiento", en el que destacaron filósofos de origen africano como Frantz Fanon (1925-1961).
 
La Ilustración europea del siglo XVIII ha proporcionado un mito, una historia de creación, que el occidente se dice sobre sí mismo, sobre lo que lo hace supuestamente más civilizado y al resto del mundo más "bárbaro". Sin embargo, en la actualidad, se debate sobre si la Ilustración, "lejos de ser un recurso para aquellos que desafían al colonialismo, es en sí misma un proyecto colonial". Conviene recordar que pensadores como John Locke, defensor del liberalismo político, era accionista de una compañía de esclavos. O que Immanuel Kant, considerado a menudo como el más grande de los filósofos de la Ilustración, sostenía la idea de una jerarquía racial, insistiendo que “la humanidad está en su mayor perfección en la raza de los blancos” y que “el africano y el hindú parecen ser incapaces de madurez moral“. Paradójicamente, en Europa se defendía la libertad y la tolerancia mientras las empresas coloniales y el comercio de esclavos se estaban expandiendo. Esos mismos argumentos eran invocados para justificar "la llamada misión civilizadora de Europa y reivindicar la superioridad europea “.

Pero existió también una Ilustración Radical, formada por figuras menos conocidas como D’Holbach, Diderot, Condorcet y, en particular, el filósofo holandés Baruch Spinoza, que cuestionó que la razón tenía que estar limitada por la fe y la tradición, sino que debía contribuir a la crítica de las viejas formas y creencias sociales. Desde esta perspectiva se empiezan a estudiar las tradiciones no europeas como parte esencial de cualquier curso de enseñanza de la filosofía. Algo que ya iniciaron muchos ilustradores radicales, que creían que su naturalismo anticristiano tenía raíces poderosas en la filosofía islámica medieval. También tenían fuertes afinidades con el confucianismo chino. Estaban libres del eurocentrismo que marcó la corriente principal de la Ilustración de Voltaire, Montesquieu, Hume y Smith.

 

Fuente: "Atlas de Filosofía" Akal.

Para saber más:

https://prezi.com/cq9slz02yiwr/confucianismo/

https://prezi.com/wwabqnywfkfh/filosofia-arabe-y-judia/ 


Fuente: "Atlas de Filosofía", Akal.