sábado, 30 de octubre de 2021

La tramposa escritura de la memoria: Grecia y Persia, Occidente y Oriente.

    


El historiador Manel García Sánchez escribió recientemente un interesante artículo en el diario El País titulado "Soldados de Salamina", en el que, a propósito de la conmemoración de los 2.500 años del final de las Guerras Médicas entre soldados griegos y persas, cuestiona la interpretación que en ocasiones se hace de este acontecimiento como la derrota de la "barbarie" frente a la "civilización", y recuerda todo lo que debemos en Occidente a Oriente. Os dejo algunos fragmentos:

     "La fortuna nunca se ha mostrado tan propicia con los persas como con los vencedores griegos, con la infausta derrota de Oriente como con la imperecedera gloria de Occidente. Jerjes y los persas aqueménidas fueron víctimas de esa fatalidad y si sus virtudes han sido negadas a lo largo de la historia, sus vicios han sido amplificados en nuestra conciencia de superioridad occidental, desde entonces y hasta el día de hoy. Occidente venció a Oriente, la libertad al despotismo asiático, incluso se ha dicho que entonces se evitó que Europa estuviera poblada de minaretes y se ha trazado una tramposa línea de continuidad que une a los persas con los talibanes, a sus reyes con Bin Laden, a aquellos bárbaros orientales con los atentados del 11-S, Londres o Madrid. Cuánta retórica sobre la alteridad, cuántas conjuras de harén y violencias desatadas. Como desveló Edward Said, cuánto orientalismo legitimador del milagro griego y occidental frente a Oriente o el islam, cuántas falsas polaridades libertad-esclavitud, barbarie-civilización. Los persas no fueron ni más ni menos bárbaros que nosotros, por más que como los bárbaros de Cavafis, como los musulmanes, fueran al fin y al cabo una solución.

Pero ni la derrota fue tan traumática para los persas ni la victoria moral de Leónidas o el triunfo de los soldados de Maratón, como creía John Stuart Mill, salvaron a la civilización. De hecho, los persas dirigieron entre bastidores los asuntos griegos hasta la llegada de Alejandro.

(...)Desde hace 25 siglos los persas han sido vistos como víctimas del despotismo asiático y de la molicie del harén. (Pero) las relaciones greco-persas no fueron siempre tan negativas en la realidad como la imagen que se fijó en el imaginario y en la tradición. La Biblia fue más condescendiente con ellos porque los hebreos les debían su regreso a Jerusalén. Tuvo también Heródoto mucho que ver con esa imagen de Oriente sentido como el reino de los otros, de la alteridad, del bárbaro, pero la nómina sería interminable. Podemos incluir en ella al Séneca que vio en Jerjes el arquetipo de la ira, o a aquellos que equipararon a los persas con los turcos, como Juan Luis Vives, el Erasmo que veía en la campaña persa la codicia de un enfurecido ladrón o el Cervantes que seguro se sintió en Lepanto como un griego en Salamina, pero cuya lucidez no obvió que griegos y persas acabaron en punta y en nonada.

(...)Nietzsche nos enseñó a distinguir entre facta y ficta, entre hechos y ficciones, a no olvidar que las supuestas verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, adornadas poética y retóricamente y que un uso y abuso continuado ha convertido en canónicas... La historia nunca se repite ni casi nunca aprendemos nada de ella, pero la escritura de la memoria no puede ser tramposa, por más propensión que tengamos a la invención de una tradición, a las comunidades imaginadas y a las construcciones identitarias. Maratón, las Termópilas o Salamina son, sin duda, lugares de nuestra memoria cultural, pero no es poco lo que debemos a Oriente".


Contra el peligro escolástico en la lectura y comentario de textos filosóficos. José Luis Moreno Pestaña.

   
En el libro "Foucault, la gauche et la politique" (Textuel, 2010), José Luis Moreno Pestaña advierte del "peligro escolástico", la necesidad de articular los contextos con los discursos: cuando se olvida que cada discurso difunde una buena parte del contexto social y de la historia intelectual en la que surgió -"por ejemplo en los manuales de filosofía, donde las ideas son engendradas por otras ideas y dónde comúnmente todo conflicto interno desaparece"- un cierto número de cuestiones decisivas desaparecen. "Escolástico es toda exposición de la filosofía recibida sin comprender el cuadro cultural, el espacio social o el tiempo histórico de su producción". También advierte este autor de la necesidad de "evitar la idolatría del gran intelectual", el culto a la personalidad, convirtiendo el análisis intelectual "en una versión laica de la vida de los santos".

    Así, Moreno Pestaña analiza -en su contexto intelectual, social y político- las posiciones políticas ocupadas por Foucault a lo largo de su carrera, algunas de ellas polémicas, como su análisis del neoliberalismo que se empezaba a desplegar en los años 70. Pero, como también señala Moreno Pestaña, "Foucault ha elevado nuestro nivel político y, si no es por las soluciones que propuso, sí ha ampliado nuestro repertorio de análisis sobre el campo de la significación del poder y la manera de pensar la emancipación". Es importante, en este sentido, estudiar las consideraciones de Foucault sobre las condiciones de la paresia -el hablar sincero y libre- en la democracia ateniense. La paresia suponía cuatro condiciones: "la igualdad formal, que permite a cada individuo libre exponer su opinión; la aptitud de cada orador para persuadir a los demás; la exigencia de decir la verdad, no utilizar sus derechos formales y su influencia para manipular con falsas informaciones; y el valor moral de aceptar el conflicto en la democracia. El análisis de Foucault sobre la democracia subraya el hecho de que la igualdad formal no produce la igualdad real, porque los privilegios se distribuyen según otros principios. Nos enseña igualmente que el compromiso con la verdad -una verdad aproximada, imperfecta pero razonable- es una condición necesaria para la comunicación democrática" y que, sin este compromiso y este valor moral, no puede existir posición política que merezca tal consideración.

     Así, hay cuestiones políticas importantes que podemos intentar responder con Foucault: "¿Cuáles son las condiciones de acceso al prestigio de un individuo dado en relación con sus recursos económicos o culturales? ¿Es fácil acceder a la información desde las diferentes posiciones del espectro social? ¿Quién es digno de ser considerado miembro de una asamblea democrática y así quedar integrado en la igualdad formal: los miembros del Estado-nación, los habitantes del planeta o, como diría Bertolt Brecht, también "los que vendrán después de nosotros"? ¿Por qué no, como diría Walter Benjamin, intentar escuchar la voz de las víctimas del pasado?". Cuestiones todas éstas que debemos proponer "con Foucault, pero yendo más lejos y más allá de él, y, en ciertas ocasiones, contra él".

    Por último, en el campo de la filosofía, destacar que Foucault ha permitido romper sus fronteras, abrirla a cuestiones "no filosóficas" (la locura, la sexualidad, la prisión...), cuestionando la visión institucionalizada de una disciplina que parece en ocasiones no interesarse por su exterior.

martes, 12 de octubre de 2021

Proyectos de Investigación. Guía.

 GUÍA PARA UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN.

El trabajo de investigación consiste en un conjunto de actividades encaminadas a estudiar unos hechos, unas teorías o unos objetos, bien delimitados, con aspectos poco explorados o poco conocidos, con el objetivo de esclarecerlos y de obtener algún conocimiento nuevo. Mediante tales actividades se observa, se experimenta y se recoge información; se organizan las observaciones y los datos, se buscan las posibles relaciones existentes y se estudian sus causas, sirviéndose también de las propias lecturas y experiencias; por último, los resultados obtenidos deben ser presentados mediante una memoria escrita y, si procede, una defensa oral.

El trabajo de investigación se puede realizar individualmente o en pequeños grupos y siempre bajo la orientación, asesoramiento y supervisión del profesor, que tutorizará la presentación del trabajo. El tutor/a indica, recomienda y facilita caminos, que el/la estudiante puede elegir o no.

Objetivos:

-Realizar una investigación sobre un tema de interés personal, que sea asequible que se pueda abordar de forma constante y en profundidad.

-Aplicar la metodología de investigación de forma adecuada a los objetivos fijados y seleccionar y tratar las fuentes de información y documentación de forma adecuada.

-Trabajar de manera autónoma, mostrar iniciativa y creatividad, espíritu crítico y conciencia de la dimensión ética de los procesos de investigación.

-Usar las tecnologías de la investigación y la comunicación aplicándolas al proceso de investigación, al tratamiento de la información, al análisis de los datos y a la presentación final de los resultados.

-Comunicar oralmente y por escrito las ideas principales, con coherencia, cohesión y corrección lingüística y estilística, de acuerdo con unos criterios formales de presentación de los trabajos.