lunes, 21 de octubre de 2013

Comparación del pensamiento de Platón y de Aristóteles

Sobre la comparación de la teoría de Platón con la de su discípulo Aristóteles, voy a intentar resumiros lo que hemos ido viendo en clase.

Aristóteles criticó la teoría platónica de las Ideas en los libros A, M y N de la "Metafísica". De hecho, la crítica a la teoría de las Ideas se había convertido en un tema clásico de discusión dentro de la Academia de Platón, desde que éste escribiera su diálogo "Parménides".
Aristóteles sitúa el dualismo platónico en el interior del único mundo que tiene por real, el mundo sensible, separando dos regiones: la región celeste y la región sublunar. Además, Aristóteles considera que la ciencia de las Ideas sólo sería la Idea de la ciencia, y no la única ciencia que nos importa, es decir, la ciencia de las cosas existentes. Al definir la ciencia como ciencia de las Ideas, Platón imposibilita toda investigación sobre la naturaleza, el cambio. Las Ideas, por otro lado, a la hora de explicar la inteligibilidad de lo sensible, presentan dos problemas: si se encuentran separadas de lo sensible son irreconocibles para nosotros, y si son idénticas a lo sensible comportarían el mismo problema. Otro problema es el que, como señala Aristóteles, las Ideas, siendo inmóviles y eternas, no pueden ser causa de movimiento ni de cambio, que es lo que se trata de explicar, y no la eternidad. Finalmente, añadirá Aristóteles, las Ideas no son más que hipóstasis de cosas sensibles: "los platónicos al crear Ideas, únicamente crean seres sensibles eternos". Con ello Platón trasladará a otro mundo el orden y la unidad necesarias para comprender el mundo y el lugar del hombre en ese orden".

La ética y la política son situadas, en la clasificación aristotélica de las ciencias, dentro de las ciencias prácticas. 
Aristóteles critica, en su libro "Ética a Nicómaco", la idea de Bien platónica como una realidad absoluta, pues para Aristóteles no existe un Bien en sí, separado de los bienes particulares. El bien, como el ser (la realidad), se dice de muchas maneras.
Aristóteles defiende una moral desmitificada, lejos de un absoluto (como el Bien platónico), indiferente a las circunstancias. La felicidad no se limita a la virtud, porque no puede ser alcanzada sin el apoyo de bienes exteriores (como la salud, la integridad o la buena reputación). Aristóteles se niega a excluir los bienes exteriores de la definición del Bien Soberano. Sostiene que el hombre virtuoso es aquel "que saca partido de las circunstancias para actuar siempre con la mayor nobleza posible".

Para Aristóteles, la virtud es un hábito ("una disposición adquirida de la voluntad", no fruto del conocimiento como en el intelectualismo socrático-platónico) consistente en un justo medio  relativo a nosotros (frente al carácter absoluto del bien platónico) determinado por la recta razón y el modelo del hombre prudente (en esto último sí coincide Aristóteles con el ideal socrático).
Decir que la virtud es un hábito, como defiende Aristóteles, es negar que sea fruto exclusivo del conocimiento: no es suficiente conocer el bien para hacerlo. No se trata de saber qué es el bien, sino cómo hacerlo. 
Además, esta moral aristotélica del justo medio, entre un exceso y un defecto, no es una invitación a la mediocridad, sino la búsqueda de un óptimo moral, relativo a la situación concreta y su oportunidad, no de un máximo.
Aristóteles reencuentra, frente a Platón, el mensaje del humanismo trágico griego: la sabiduría de los límites, la renuncia de las ambiciones desmesuradas, pero, igualmente, el intento de agotar el campo de lo posible.


En relación con la política, Aristóteles cree, como Platón, que el ser humano sólo puede acceder a la humanidad verdadera dentro del marco de la ciudad, y que la política es la ciencia de los fines más elevados del hombre. Pero Aristóteles está lejos de la política platónica, que imponía al filósofo el descender de nuevo a la caverna para imponer a los hombres un orden "geométrico" calcado del de las Ideas. En este sentido, Aristóteles distingue entre "la mejor constitución en absoluto" y "la mejor constitución posible dadas las circunstancias", que es la que la política concreta deberá dedicarse a realizar aquí y ahora, teniendo en cuenta la geografía y la historia.
Para Aristóteles no habrá una forma ideal de gobierno de la que las demás serán formas degradadas, como en el caso platónico, sino que aunque defiende que la monarquía es, en teoría, la mejor forma de gobierno, su degradación es también el peor de los malos gobiernos: la tiranía. Por el contrario, la democracia es el menos bueno de los buenos gobiernos, pero también el menos malo de los peores: el hombre de pueblo es, ciertamente, tomado individualmente, muy inferior al hombre competente destinado a mandar en la monarquía, pero el pueblo tomado en su conjunto representa una suma de competencia y prudencia superior a la de un hombre solo, sea quien sea. Finalmente, una gran cantidad de hombres es más difícilmente corruptible que una cantidad pequeña, y con más razón, que uno solo. Aristóteles defiende en el libro VI de su "Política" que la mejor forma de gobierno sería la de una oligarquía (gobierno de un grupo reducido) suficientemente prudente para someterse a control. Aún así, el triunfo político de una oligarquía supone ciertas condiciones geográficas y sociológicas: una ciudad alejada del mar y de sus tentaciones comerciales, suficientemente pequeña para poder ser "abarcada con la vista", con un territorio fértil con una propiedad suficientemente dividida para multiplicar el número de productores independientes, y con una clase media como factor de estabilidad. En definitiva, para Aristóteles, la acción política debía estar inspirada en "la medida, lo posible y lo conveniente".


Cuestiones para el cuaderno:
¿Podrías hacer un esquema de las diferencias entre Platón y Aristóteles en el ámbito ético y político?

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