sábado, 4 de febrero de 2023

El legado de la teoría política ateniense

 La atención de la vida política de la Atenas clásica se centraba en los debates de la Asamblea, resumidos por Tucídides, caricaturizados por Aristófanes y Platón, y ejemplificados en los discursos supervivientes de Demóstenes y Esquines. Pero los primeros teóricos de la pólis fueron los sofistas y Sócrates. "Su dedicación simboliza la nueva relación con la pólis (ciudad) que ellos mismos establecieron: mientras querían comprender la pólis en los abstracto, ni los sofistas ni Sócrates vivía como politai corrientes" (Finley, ed., El legado de Grecia, Crítica, 1983). A diferencia de los sofistas, Sócrates "se limitó a llamar la atención sobre la incapacidad de los atenienses normales para dar cuenta lógica de los conceptos que empleaban en su actividad política". Platón, por su lado, "pedía una reforma que sustituyera el debate político por la desinteresada dialéctica filosófica expuesta en sus diálogos". En dos diálogos primeros, El Protágoras y el Gorgias, Platón pone de manifiesto su crítica a la teoría y la práctica de la política de su época:
"En el primero, a Protágoras  se le da al principio la oportunidad de exponer con notable extensión su teoría de la pólis en tanto que comunidad cuyos miembros, en su totalidad, poseen, cuando menos, una mínima competencia en la areté (virtud), así como el papel del sofista como maestro de areté particularmente dotado; las preguntas socráticas que siguen revelan que Protágoras no puede dar en realidad ninguna versión coherente de lo que realmente es la areté. La antinomia de locuacidad retórica y dialéctica socrática vuelve a ser básica en el Gorgias, mucho más extenso. Sócrates, cogiéndole la palabra a Gorgias, que ha dicho al final de un discurso magnífico que sabe responder a cualquier pregunta de cualquier tema, le enreda en una discusión sobre la naturaleza de su propio tema, la retórica".

La conclusión en el Gorgias es que sólo el filósofo, aparentemente inútil, está dotado para la actividad política. En La República, Platón no dice nada acerca de las instituciones políticas en sentido estricto, no le interesa elaborar un cuadro constitucional. Pero en diálogos últimos, como El Político y Las leyes, existe una mayor especialización en cuanto a este tema. Si en el primero sigue creyendo en el ideal de un rey filósofo, en Las leyes se extiende sobre detalles constitucionales (aunque evita la cuestión de si todos los ciudadanos tienen derecho a dirigirse a la Asamblea). Platón renuncia entonces a la regla ideal de los reyes filósofos. "La ley materializada en la constitución y el código jurídico de la pólis sustituyen a la filosofía en tanto base de la sociedad; la retórica se reintroduce como elemento esencial del código jurídico: cada ley irá precedida de un prólogo  cuyo fin es convencer a los ciudadanos de que han de obedecerla".

La Política de Aristóteles fue la única obra de filosofía política sistemática de esta época. Durante el periodo helenístico, la teoría política decayó. Ante la crisis de la pólis libre se subrayaba la felicidad individual. Florece la filosofía moral, pero no se considera la ciudad como la culminación de las potencialidades del ser humano.


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