sábado, 8 de octubre de 2016

¿Vivimos en un mundo de sombras?

Fernando Savater, en su libro Ética de Urgencia (Ariel, 2012) responde así a una cuestión que planteáis con frecuencia en vuestro comentarios sobre el mito de la caverna de Platón, y que se refleja en afirmaciones como "Vivimos engañados y manipulados", "Nos hacen ver lo que quieren que veamos"... Esta es la opinión de Savater al respecto:
Dices que no piensas porque el entorno no te deja pensar, estás convencido de que te van a educar de tal manera que no podrás decidir por ti mismo, que no podrás desarrollar tu propio pensamiento. Pero si el entorno nos motivara a pensar de una determinada manera, no nos daríamos cuenta; en cambio, tú sí te das cuenta, así que, ¿por qué no van los demás a darse cuenta también? Si el entorno nos condiciona a todos, ¿por qué hay opiniones discrepantes?
Es halagador pensar que a ti no te afecta lo que les pasa a los demás, que tú estás por encima. Es como cuando la gente dice que la televisión imbeciliza a la gente, mira que lo habré oído veces, pero nunca he escuchado a nadie que diga: "Soy imbécil perdido porque veo la televisión por las tardes".
Es posible que a quienes ostentan el poder, a las empresas y a los bancos, si quieres, les interese que pienses una serie de cosas, y que te induzcan a ello. Pero si puedes resistir esa motivación, darte cuenta e invertirla, los demás también van a ser capaces, y a los que no lo logren por sí solos se les podrá convencer si nos empeñamos. Cada uno de nosotros tiene inteligencia y recursos suficientes para influir sobre las personas de su entorno. 
Si quieres cambiar las cosas, es preferible que estés rodeado de personas con una mente flexible, receptiva a los argumentos, que no esté dominada por el miedo. Yo no digo que la educación resuelva todos los problemas, pero en la solución de cada problema hay un ingrediente que una buena educación te puede suministrar. La educación es el único mecanismo de revolución pacífica que hay. La educación es el antídoto contra la fatalidad. La fatalidad provoca que el hijo del pobre sea siempre pobre, que el hijo del ignorante siempre sea ignorante, una buena educación hace saltar estas barreras por los aires. La educación es lo más subversivo que hay.
Es interesante esta crítica de Savater a nuestra tendencia a situarnos por encima del común de la gente, como jueces de la estulticia ajena. Pero habría que advertir que, junto al papel de la escuela como instrumento de movilidad social, de ruptura contra la reproducción social de la pobreza, la escuela juega en ocasiones el papel contrario: legitimando la desigualdad social según el éxito o el fracaso en un modelo educativo que sirve y está orientado preferentemente a los intereses de ciertos sectores sociales.

Cuestiones:
- ¿Qué opinas sobre nuestros recursos e inteligencia para superar los posibles intentos de manipulación o engaño que nos quieran imponer? ¿No somos entonces como los prisioneros de la caverna platónica? ¿Y sobre el papel de la educación que defiende Savater?

No hay comentarios:

Publicar un comentario