No existen, pues, recetas exactas ni procedimientos establecidos para realizar un comentario de textos filosóficos. Pero esto no debe llevaros a pensar que la evaluación de un comentario es algo subjetivo o arbitrario, sino más bien algo que puede servir para formar "buenos lectores", comprensivos y reflexivos.
Lo principal es que os acerquéis a los textos filosóficos sin prejuicios (con buena disposición para dejaros interrogar sobre problemas que a todos nos afectan y cuestionar las respuestas aprendidas, así como para enfrentaros a las dificultades naturales que podréis tener al principio con los textos filosóficos) y sin complejos (sin que la "autoridad" del filósofo que comentas te impida expresar razonadamente tu valoración, tus críticas o tus dificultades).
Este curso comenzaréis a leer algunos de los textos más conocidos de la historia de la filosofía, y trataremos cuestiones como la felicidad, la obediencia o desobediencia a la ley, la "buena vida", la justicia... Al final lo que pretendemos es disfrutar de estos textos, y permitir que nos "remuevan" el pensamiento, que nos ayuden a pensar juntos, a escucharnos y a aprender a expresar con mayor rigor y claridad nuestras ideas. Porque, como decía el buen Sócrates, "una vida humana sin examen (reflexión) no merece la pena ser vivida".
Algunas recomendaciones prácticas:
1º. Leer pausadamente el texto hasta estar seguros de entender su sentido general, y poco a poco ir profundizando, conforme vayáis contextualizandolo en su tiempo y en la temática. Para ello debéis comenzar señalando el tema general que aborda, un breve resumen del contenido del texto (redactado en estilo directo, es decir, en palabras propias de quien lo hace) y elaborando una pregunta en la que exprese aquello que le ha llamado la atención en el texto. En el intento de responder a esta cuestión es cuando comenzamos realmente nuestro comentario del texto: exponiendo con claridad, rigor y precisión nuestros propios puntos de vista.
2º. Ampliar todo lo posible vuestro conocimiento de la obra, del autor, de las corrientes de pensamiento de la época, así como la evolución histórica de la temática tratada en el texto.
3º Debéis evitar dos errores frecuentes: utilizar el texto como un pretexto para hablar de otra cosa y repetir lo que ya dice el texto.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO:
El modelo de comentario de texto que propone la PAU creo que tiene el defecto de parecer más bien una serie de preguntas sobre el texto cuya conexión no queda clara para el alumnado. Este modelo de comentario conduce, en su planteamiento, a centrarse básicamente en la comprensión de lo que el texto dice y su contextualización mas que la reflexión personal y actualizada de las cuestiones que allí se tratan (algo que ocupa un espacio y valoración muy inferior en los criterios de la prueba de filosofía). En los comentarios que hagamos en clase intentaremos dar una mayor importancia a este último apartado, lo que nos servirá para hacer más interesantes y vivos los debates posteriores. A continuación os explico, no obstante, los criterios de evaluación propuestos por la PAU.
Es importante la claridad de expresión, y para ello es necesaria una presentación correcta, una letra inteligible y una buena ortografía. Si la expresión es confusa, es difícil apreciar y valorar el contenido de vuestro comentario.
CUESTIÓN 1. En el contexto histórico-cultural debéis especificar los acontecimientos políticos, socioeconómicos y culturales más importantes de la época, especialmente la que más pudieron influir en el autor tratado y su obra. Es imposible abarcar todas las circunstancias históricas de la época, pero habría que resaltar las que tengan especial reflejo en la temática que vamos a considerar.
En el contexto filosófico es conveniente situar el texto concreto que estemos analizando en la obra del autor, señalando el sentido que guarda con el resto de sus escritos, así como conectarlo con las redes o corrientes filosóficas de su tiempo, resaltando su posición (de alianza o conflicto) dentro de esas redes.
CUESTIÓN 2a. Aquí se os pide que analicéis el significado de algunos de los términos o conceptos más relevantes del texto, y que más allá de su simple definición, los podáis conectar con en la red de conceptos que compone la teoría del autor tratado.
CUESTIÓN 2b. En el análisis del fragmento deberíais comenzar señalando la idea o temática central que en él aparece (como hipótesis, afirmación o interrogante). A continuación, sería conveniente contextualizar el fragmento en el capítulo y, posteriormente, en la obra a la que pertenece. Por último, podéis encuadrar el fragmento en el desarrollo de la temática concreta señalada.
Debéis evitar la repetición de lo ya dicho en el texto, aunque podéis citarlo si ponéis "entre comillas" la expresión o frase del texto que analizáis.
CUESTIÓN 2c. En este apartado no se trata de exponer toda la teoría del autor, sino encuadrar lo tratado en la cuestión anterior en aquellos aspectos de la teoría, especialmente del ámbito ético y político (a cuya temática pertenecen nuestros textos este curso), que mejor nos sirvan para completar el análisis y comprensión de los temas tratados en vuestro comentario. También podéis señalar las conexiones con cuestiones antropológicas, epistemológicas u ontológicas, pero sin abandonar el hilo argumental del comentario.
CUESTIÓN 3a. Para comenzar la parte crítica de nuestro comentario es conveniente comparar la posición del autor estudiado, reflejada en nuestro anterior análisis del texto, con los posicionamientos de otros autores o de otras corrientes de pensamiento. Quizás lo más sencillo es confrontar teorías pertenecientes al mismo tiempo histórico, pues permite analizar las distintas alternativas que en esa época se plantearon a una misma problemática. Podéis centraros en un solo autor, en una corriente de pensamiento, o en una visión evolutiva del desarrollo del problema y sus alternativas. Posiciones más contemporáneas, más próximas a nuestro presente, podríamos dejarlas para la cuestión siguiente, la de la actualidad.
CUESTIÓN 3b. Esta es la última parte del comentario, y quizás la más personal, aunque en las anteriores también debe quedar reflejada vuestra forma de leer un texto, vuestra perspectiva, la manera en que desde vuestra experiencia y conocimiento, o desde vuestra manera de interrogar (de saber hacer buenas preguntas que permitan desnudar los argumentos), os enfrentáis a un comentario. Podéis señalar la actualidad de la temática planteada, y, si no os parece actual, el porqué (qué otras problemáticas la han desplazado, por qué ha podido perder interés, sería conveniente un replanteamiento desde nuestro tiempo...). Generalmente, las cuestiones que plantean los textos filosóficos continúan todavía abiertas, pero quizás ha cambiado nuestra forma de enfocarlas, nuestra forma de interrogarlas.
Buen comentario.
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