miércoles, 16 de noviembre de 2011

Actualidad de la temática tratada en el texto de Tomás de Aquino

Estas son unas notas sobre la actualidad del texto que hemos comentado de Tomás de Aquino, tomadas del artículo "El acceso práctico a la ley natural", del profesor chileno Joaquín García Hubidobro:

Recientemente, autores como Alisdair MacIntyre, Ralph McInerny, Stephen Theron, o aquellos que integran la que se ha llamado la New Natural Law Theory, han prestado especial atención al texto citado, hasta entonces poco estudiado. En este texto, Tomás, con ocasión de una pregunta en apariencia poco importante -si la ley natural contiene uno o muchos preceptos- desarrolla toda una teoría acerca del modo en que se accede a la ley natural.

Hay un par de cuestiones que debemos considerar en relación con la temática desarrollada en el texto que hemos comentado de Tomás de Aquino:
- Si la ley natural está constituida en su base por principios evidentes, ¿como es que hay tantos que niegan su existencia, y cómo entre quienes la aceptan existen diferencias tan importantes?
- En segundo término: ¿no es la ética mucho más que una serie de principios que, aunque supongamos que son universalmente compartidos, son a todas luces demasiado generales y muy poco aptos para resolver los complejos conflictos morales que aquejan a nuestras sociedades? De una parte, se requiere de ciertos preceptos más particulares o determinados, que nos vayan  orientando acerca de las acciones que son buenas y malas. Por otra parte, se necesita una especial habilidad en el hombre, que le permita discernir en
presencia de qué acto se halla y cuáles son sus circunstancias más relevantes. Además está el hecho de que muchas veces el problema no reside tanto entre elegir entre lo bueno y lo malo sino entre lo mejor y lo peor.

Es posible que uno de los factores que explican el actual interés por la ética de Tomás de Aquino sea que ella afirma a la vez tres cosas que parecen difícilmente conciliables: i) la posibilidad del conocimiento de los principios morales, ii) el que para conocerlos muchas veces no baste el empeño individual, sino que es una obra colectiva, y iii) que las disposiciones del sujeto no son indiferentes para determinar su aptitud cognoscitiva en el terreno moral. Por el contrario, las éticas modernas cayeron muchas veces en la ilusión de que los principios de la ley o el derecho natural eran susceptibles de ser conocidos y expuestos de modo indubitable, en una tarea que lleva a cabo el individuo aislado y cuyo éxito depende exclusivamente de sus habilidades especulativas.
En la época contemporánea, por el contrario, muchos son conscientes de que el optimismo de los modernos era injustificado. En consecuencia, se dejan llevar por el desaliento y se refugian en el escepticismo o tratan de salir de él recurriendo a modelos consensualistas.

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