viernes, 25 de septiembre de 2015

Contexto filosófico de la filosofía platónica

Del Mito al Logos.
Las primeras respuestas a las preguntas del hombre fueron de carácter mítico-poético: los textos de Homero de Hesíodo recogían todo lo que los griegos del siglo VII a.C. necesitaban saber. Allí se explicaba el origen del mundo, de los seres humanos, de como debemos comportarnos. Las explicaciones que se dan en esos textos a las cosas pasan siempre por la intervención de los dioses.
El surgimiento de la filosofía se caracteriza habitualmente como el paso del mito al logos que significa palabra, ley, razón. El universo para el pensamiento filosófico es un cosmos, lo que significa que el universo está ordenado por una ley que rige los cambios que se producen en el universo. Esos cambios conforman las physis (naturaleza). La ley que rige el universo está por detrás de todos esos cambios; con ellos surge el problema de la apariencia y la realidad de las cosas, de ahí surge la pregunta por el arjé o principio de todas las cosas, del cual proviene todo, y todo lo que muere volverá a él.


INFLUENCIAS PRESOCRÁTICAS
- Dentro de la influencia presocrática, en Platón predominan las ideas de los pitagóricos, que sostenían que todo lo real se explica a través de los números. También defendían la antigua doctrina órfica. Esta ponía en el centro de su enseñanza la inmortalidad y la transmigración de las almas. Pitágoras fundó una colonia en el sur de Italia. No sabemos si las teorías que se atribuyen a Pitágoras son suyas o de otros miembros de la comunidad. El objetivo de esta comunidad era la purificación del alma mediante el cultivo de las matemáticas. Todas las enseñanzas debían mantenerse en secreto. Los pitagóricos dijeron que la longitud de la cuerda de un instrumento muestra relación con el tono y llegaron a conocer con exactitud cada tono y la música se podía reducir a números o proporciones numéricas llegaron a la conclusión de que se podía hacer lo mismo con todo. Decían que el arjé de todas las cosas son los números o las proporciones entre ellos. Toda proporción es matematizable. Asociaban los elementos con los solidos regulares: al fuego le asignaban la pirámide; a la tierra, el cubo; al agua, el octaedro; al aire, el icosaedro...
- Platón es influido también por Parménides, por su concepción de la realidad como única, inmutable, eterna, perfecta y homogénea; por señalar dos vías de conocimiento(el de las ciencias y el de la opinión) y dos regiones de lo real (el mundo verdadero y el de la apariencia). A Parménides se le considera el padre de la metafísica. Él dice que lo que es es y lo que no es no es; y si esto es así, el cambio es imposible. El cambio consiste en pasar de no ser algo a serlo. El ser no cambia, las cosas no pueden dejar de ser, el ser es algo único y homogéneo, el ser es ingénito y no puede dejar de ser. Según Parménides es como una esfera, con  lo que quiere decir que es perfecto, ya que para los griegos la esfera es símbolo de perfección.
Estas afirmaciones son las que configuran la vía de la verdad y en ellas la razón llega al descubrimiento de una series de verdades totalmente opuestas a lo que nos dicen los sentidos. En esta vía el pensamiento se identifica con el ser. La otra vía es la de el error por la que Parménides describe al mundo tal y como lo muestra los sentidos.
- Otro presocrático que influye en Platón es Anaxágoras que defiende un principio inteligente por el que se combinan todas las semillas para formar el universo. Este, al igual que Empédocles, considera que el arjé no es único sino múltiple.
- Aristóteles afirmaba que Platón fue amigo de Crátilo y seguidor de la doctrina heraclítea. Heráclito es conocido por su afirmación de que nadie se puede bañar dos veces en el mismo río. Esta afirmación quiere decir que todo fluye, todo cambia y nada permanece. Lo que parece ser constante es porque no lo observamos con detenimiento; todo esta en continuo cambio. El cambio encierra siempre un logos, una ley, una regularidad. Ese logos encierra la regla de todo cambio. Heráclito dice que el principio de todas las cosas es el fuego.

POLÉMICA CON LOS SOFISTAS.
-Platón conoce y dialoga sobre todo con los sofistas, desde una posición cercana a la de Sócrates.
Los sofistas aparecen por Atenas cuando se convierten en una ciudad prospera económicamente, con un sistema político democrático en el que es necesario una educación que permita participar en la vida pública. Los sofistas enseñan a los jóvenes a cambio de dinero, enseñan las artes para convencer a la asamblea, enseñan historia, poesía, filosofía y sobre todo retórica, el arte de saber hablar. Son, además, desde un punto de vista filosófico, relativistas, es decir, los diferentes pueblos y culturas tienen leyes diferentes y todas ellas son válidas; la verdad absoluta no existe. Los más destacados miembros de la sofística fueron: Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles. A Protágoras se le atribuye la frase “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son”. La frase de Gorgias es: “Nada existe, si algo existiese no lo podríamos conocer y si podríamos conocer no lo podríamos comunicar”. Ambos son los únicos sofistas considerados en calidad de filósofos por Platón y Aristóteles.
Frente al relativismo y escepticismo sofista, Platón defiende la existencia de realidades absolutas, las ideas, que serán el fundamento de la posibilidad del conocimiento objetivo, de su crítica al relativismo moral de los sofistas. 

INFLUENCIA SOCRÁTICA.
- Pero Sócrates fue el principal maestro de Platón, que desarrollaría el pensamiento socrático dotándolo de un fundamento metafísico. La huella de Sócrates se puede rastrear en toda la filosofía platónica. Platón no se ocupa solo, como su maestro, de cuestiones éticas; sus intereses temáticos resultarán notablemente ampliados y las soluciones que su filosofía propone van mucho más allá de la filosofía en buena parte intuitiva de su maestro. Platón será siempre socrático por su modo de concebir la filosofía, actividad no solo educativa, sino sobre todo una forma de vida. Sócrates encarna para Platón el ideal del filósofo no tanto por el conjunto de su doctrina, sino por la búsqueda de la verdad.
El método de enseñanza de Sócrates era el diálogo y en realidad no creía ser portador del saber; por el contrario, hace suya la frase del Oráculo de Delfos: Sólo sé que no sé nada. Todo lo que nos ha llegado de él ha sido a través de sus discípulos, principalmente Platón. A Sócrates no le interesaba la naturaleza ya que pensaba que no se podía extraer un conocimiento de ella, tal y como demostraba la diversidad de teorías de los presocráticos. Sócrates se preocupa por el hombre y la sociedad. Según él, la virtud, consiste en obtener conocimiento a partir de la propia alma, por lo tanto el saber es virtud. No pretende transmitir contenidos, sino establecer un método para pensar y poder diferenciar entre verdad y falsedad. 
Para él, el conocimiento consiste en deshacerse de las ideas adquiridas y convencionales que impone la sociedad para encontrar en el alma, las verdaderas ideas, es decir, pensar por uno mismo. Para conseguir esto, Sócrates crea un método que se lleva a cabo mediante el diálogo o mayéutica, la ironía y la búsqueda de la definición. Sócrates pensaba que era muy importante la vida en la polis. Para él, nadie podía conseguir la felicidad en otra ciudad que no sea la suya, y a pesar de la convencionalidad de las leyes, creía que era necesario respetarlas y obedecerlas ya que esto conserva el orden. Por otra parte, Sócrates cree que quien conoce el bien, no actuará mal, por eso, la educación es básica y la búsqueda del saber todavía más.

Sócrates rechaza el relativismo e introduce el intelectualismo moral. La tesis esencial del intelectualismo moral es la siguiente: la experiencia moral se basa en el conocimiento del bien. Sólo si se conoce qué es el bien y la justicia se puede realizar el bien y la justicia. Una posible consecuencia de esta tesis es la de que para el intelectualismo moral los asuntos morales y políticos tienen que ser cosa de expertos. Esta propuesta socrática puede dar lugar a interpretaciones políticas antidemocráticas y elitistas.

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