viernes, 22 de marzo de 2013

¿Vivir y educar sin filosofía?

Frente a la propuesta de reducción de la filosofía en la enseñanza secundaria, han ido apareciendo declaraciones y artículos defendiendo la importancia de la filosofía en la educación de nuestros jóvenes. Ante la urgente necesidad -según el ministro Wert- de adecuar la educación al mercado de trabajo, el resto de enseñanzas, especialmente las humanidades, parecen convertirse en una cháchara irrelevante, como ha denunciado el filósofo Manuel Cruz.

 Corren tiempos donde los valores de la escuela parecen ser los de la competitividad y la eficacia, y no los de la duda o la pregunta. Como ha señalado Fernando Savater, en un reciente artículo titulado "Sin filosofía", con la nueva ley "se pretende reforzar las asignaturas instrumentales (matemáticas, lengua, idiomas) -lo que está bien-, pero a costa de guillotinar las que sirven para reflexionar sobre los fines que pretendemos alcanzar con tales herramientas". La filosofía, como "aventura que nos hace humanos" (que alimenta nuestra capacidad de asombro y de interrogación por todo lo que nos rodea), parece una simple pérdida de tiempo "para los que reclaman que todo sea manejable y brinde netos beneficios". Y el temor, según Savater, es que el vacío creado por la filosofía pueda ser llenado por las iglesias y los nacionalismos.

 La Red española de filosofía, que ha denunciado que "en todas las reformas educativas de la democracia española -y ya van siete-, los sucesivos gobiernos de España, tanto los del PSOE como los del PP, han utilizado las materias filosóficas de la enseñanza secundaria como un arma arrojadiza en sus batallas ideológicas, en lugar de respetar su autonomía académica y reconocerlas como elementos esenciales de un sistema educativo democrático".

3 comentarios:

  1. Y por qué no dejáis a los niños en paz! Y encima con el rollo de la filosofía quieren disimular que las escuelas están para matar a los niños y convertirlos en recursos humanos. La filosofía, las matemáticas y todo lo que les echen. Lo importante es no dejarlos en paz, y juzgarlos. A ver cuando los profesores (hay ya alguno) se decide a no examinar a los niños ni a controlar si entran o no entran: Eso es una acción, y no salir como ovejas uniformadas a ver si os dan un cachillo más grande.

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    1. Es cierto que en la escuela puede verse desde sus orígenes el carácter de institución totalitaria al servicio de los intereses de una clase social determinada. Frente a esa escuela oficial han aparecido otros modelos de escuelas populares e incluso propuestas desescolarizadoras de las que hemos aprendido mucho. Es también cierta la denuncia del afán examinador, clasificador y de control que ha ejercido la institución escolar. Y contra esa escuela seguimos luchando todos los días, en nuestras rutinas y renuncias. Pero lo que no veo tan claro es la relación de todo esto con el supuesto papel cómplice de la filosofía o las matemáticas. Precisamente de la filosofía y de la sociología han surgido las críticas más duras contra la institución escolar (véase Foucault o Bourdieu). "Dejar a los niños en paz", como cantaban los niños de la película de Pink Floyd (El Muro), no creo que deba significar no acompañar y mostrar a jóvenes y niños en el conocimiento de éstas y otras materias.
      La paradoja es saber qué expectativas sociales debe satisfacer la escuela. Y éstas son muy contradictorias. Así, al alumnado procedente de medios sociales más acomodados, con un capital familiar y cultural más elevado, la escuela le parece un lugar aburrido donde no se ponen en juego los verdaderes saberes y habilidades que son necesarios para su éxito social y laboral. Así piensa también nuestro gobierno. Por otro lado, para el alumnado que carece de ese capital, el que realmente podría necesitar de nuestra ayuda, se encuentra con una escuela que rechaza porque, entre otras cosas, parece obsesionada por clasificar y excluir, más que por integrar.
      No obstante, la escuela no es una institución tan cerrada como algunos quisieran, y si alumnado, familias y profesorado no aumentamos nuestra participación y diálogo en la búsqueda de la escuela que queremos (con sus conflictos y sus diferentes expectativas), no lograremos su transformación. Quizás lleguemos a otra cosa muy distinta de nuestra actual escuela, pero seguro que seguiremos hablando de filosofía y de matemáticas, de arte...

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  2. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA


    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente.


    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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