domingo, 16 de abril de 2017

Análisis crítico de la sociología marxista

  En el libro Sociología, capitalismo y democracia (Morata, 2004), un estudio sobre la génesis e institucionalización de la sociología en Occidente, los profesores Fernando Álvarez Uría y Julia Varela dedican un capítulo a la sociología de Marx. Allí señalan cómo se produjo el tránsito en Marx de la filosofía a la sociología política. 
      Al llegar a París, Marx había entrado en contacto con el socialismo francés y el movimiento obrero; y en los Manuscritos de 1844, Marx "retoma de los socialistas y de los economistas sociales la necesidad de introducir en el análisis del pauperismo un punto de vista a la vez sociológico y moral". En esa misma época (1843) Marx había conocido a Joseph Proudhon, hacia el que inicialmente sintió admiración; admiración que, tras la expulsión de Marx de Francia, se transformó en polémico enfrentamiento, al considerar al pensamiento proudhoniano como una mera expresión de la ideología pequeño-burguesa. Marx centró sus análisis en las relaciones capitalistas de producción, lejos de otras tradiciones culturales (sociedades de resistencia y apoyo mutuo, secciones y federaciones profesionales) a las que estaba más próximo Proudhon. Este último, que se convirtió en uno de los padres del anarquismo, rechazaba la delegación de poder en nombre de la democracia asamblearia y defendía la experimentación permanente; sostenía así un anti-estatalismo y un anti-electoralismo que Marx no compartía. Marx compartía con Proudhon la necesidad de una sociedad sin clases, pero mientras que Marx confiaba en la revolución proletaria basada en la lucha de clases, Proudhon apoyaba una revolución pacífica que pasaba por la formación, educación y experimentación de prácticas alternativas de los trabajadores asalariados. Por otro lado, frente al anarquismo, Marx mantuvo una percepción negativa del campesinado quizás explicable -según Fernández y Varela- "por su reacción contra los conservadores, contra los fisiócratas que defendían una concepción idealizada del mundo rural, al tiempo que intentaba romper, invirtiéndola, la dialéctica promovida por la burguesía que incesantemente trataba de enfrentar al "buen" campesino contra el "mal" obrero". 
     También en París, Marx vuelve a encontrarse con F. Engels, que había descubierto la condición proletaria en la cuna de la revolución industrial ("La situación de la clase obrera en Inglaterra" es una obra pionera y singular en la historia de la sociología occidental). Engels también había precedido a Marx a la hora de criticar los supuestos de la economía política clásica.


    Para Fernández y Varela, "la gran contribución del marxismo a la ciencia social fue abrir el nuevo continente de la historia". No obstante, tanto el mecanicismo economicista (la centralidad del mercado y la economía) como la apelación a la violencia revolucionaria (la entronización del modelo de guerra social en el análisis histórico) de muchos de sus seguidores han tenido en ocasiones efectos catastróficos. Así, un aspecto polémico en la obra de Marx es el desplazamiento que se produce en su pensamiento tras el fracaso de la revolución de febrero de 1848 y el triunfo de la contrarrevolución. A partir de entonces, el derrocamiento violento del orden social instituido desplazó los planteamientos democráticos del joven Marx, que rompió con el partido demócrata y pasó de la fraternidad democrática a la teoría de la guerra social. A partir de entonces el movimiento socialista se dividió en dos corrientes enfrentadas: el socialismo "revolucionario" y el socialismo "reformista o democrático". Para Marx, la revolución de 1848 supuso una derrota del movimiento obrero y el final de una república social y democrática. Para otros analistas sociales, por el contrario, constituyó el comienzo del sistema democrático, un acontecimiento de gran relevancia en la historia de la democracia en Occidente.

      Así, aunque la teoría social de Marx está en los orígenes de la sociología crítica, para Fernández Uría y Julia Varela, Marx y Engels "abandonaron la experimentación alternativa de los movimientos socialistas y sustituyeron sus proyectos educativos, y la propuesta de una vía pacífica al socialismo por la lucha de clases como motor de la historia. Promovieron el materialismo histórico, pero a la vez contemplaron a la sociedad desde el prisma unilateral de la guerra social. Ese prisma, hoy lo sabemos, lejos de facilitar la transición al socialismo se convirtió en su principal barrera. Marx y Engels pensaron el cambio social desde la óptica de la Revolución de 1789. Tomaron partido por el proletariado, sin darse cuenta de que las aspiraciones del proletariado formaban pare de los sueños de emancipación de toda la humanidad. Criticaron la explotación y la miseria generada por el capitalismo, pero también cuestionaron los derechos humanos como una idealización" (369).
        Como se señala en las reflexiones finales de este libro, la cuestión capital que se articula en la génesis e institucionalización de la sociología ha sido y es la de determinar si es compatible la democracia con el capitalismo.

CUESTIONES:
- ¿Podrías señalar algunas de las críticas y de las contribuciones del marxismo según Julia Varela y Fernando Álvarez?

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