David Graeber |
El antropólogo David Graeber (Fragmentos de una antropología anarquista, 2019: 132-139) afirmaba respecto a la democracia ateniense:
"Suele decirse que la democracia nació en la antigua Atenas, como la ciencia o la filosofía, consideradas también invenciones griegas. Pero no queda claro qué quiere decir esto. ¿Acaso significa que antes de los atenienses a nadie se le había ocurrido congregar a los miembros de la comunidad para tomar decisiones conjuntas en las que todas las intervenciones tuvieran el mismo valor? Eso sería ridículo. Ha habido centenares de sociedades igualitarias en la historia, muchas enormemente más igualitarias que Atenas, muchas anteriores al 500 antes de nuestra era y, obviamente, debían de disponer de algún tipo de procedimiento para adoptar decisiones en temas que afectaban a toda la comunidad".
Pero algunos académicos han señalado que las comunidades igualitarias no occidentales no son democráticas porque se basan en el parentesco o "porque no votan" (cuando el voto es en ocasiones una forma de acabar con el laborioso proceso de alcanzar un consenso donde no haya vencedores ni vencidos). La antigua Grecia, señala Graeber, fue una de las sociedades más competitivas de la historia:
"Era una sociedad que tendía a convertirlo todo en una competición pública, desde el atletismo a la filosofía, la tragedia o cualquier otra cosa. Así que no es de extrañar que también convirtiesen el proceso político de toma de decisiones en una competición pública. Pero aún es más importante el hecho de que las decisiones las tomara un pueblo en armas. Aristóteles, en su "Política", señala que la constitución de la ciudad-Estado griega dependía normalmente del arma principal empleada por su ejército: si era la caballería, sería una aristocracia, ya que los caballos eran caros. Si se trataba de infantería hoplita, sería una oligarquía, ya que no todos podían permitirse la armadura y el entrenamiento. si su poder se basaba en la marina o en la infantería ligera, era de esperar una democracia, ya que todo el mundo puede remar o emplear una honda. En otras palabras, si un hombre está armado, deberá tenerse en cuenta su opinión".
Este tipo de democracia mayoritaria de origen fundamentalmente militar no es el único tipo de democracia merecedor de dicho nombre, como ha creído la historiografía occidental.
En ese mismo libro, critica Graeber también "el trabajo de los filósofos europeos, para quienes no representa problema alguno hablar del deseo, de la imaginación, o el yo o la soberanía, como si dichos conceptos hubieran inventados por Platón o Aristóteles, desarrollados por Kant o el marqués de Sade, y como si jamás hubieran sido motivo de discusión fuera de las tradiciones literarias de Europa occidental o Norteamérica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario